Una "clienta" te compra un soporte para monitor que literalmente te deja 1€ de margen. Te llama por teléfono para ver cuando le harás la entrega y le indicas si está segura de que ese soporte es compatible con su mesa, etc.. Ella tajantemente te dice que si.
Le envías el soporte y lo recibe puntualmente, has cumplido tu parte del trato. Aquí el pedido. Y mi factura de compra ,puede observarse el margen comercial, margen irrisorio que se aplica automáticamente por el programa web el cual configurarlo es totalmente imposible sino se dispone de una infraestructura colosal que al final solo consigue aplicar mas margen comercial incrementando exponencialmente los gastos. Todo el comercio electrónico funciona así, salvo en productos intangibles es imposible ganar dinero en internet.
Tras entregar el pedido recibo el siguiente email.
Al cual respondo educadamente.
Aquí comienza a quitarse la mascara y desvelar su auténtica naturaleza, la de una manipuladora mentirosa que además utiliza las instituciones del estado (no olvidemos que el email lo envía desde un correo público) para beneficio propio en el
ánimo que mas tardé quedará evidente de expresar su nacionalismo excluyente con el dinero de los demás (reconocido por ella misma)
Me gusta ser claro y le respondo tratando de no darle pie a mas mentiras.
Insiste en sus mentiras como si los demás fuésemos idiotas. Nadie le aconsejó comprarlo por internet, otra mentira.
Aquí continua la conversación absurda.
Aquí tras pedirme que me identifique y negarme yo, trata de dárselas de entendida mostrando una ignorancia supina sobre la ley de protección de datos, clásica ignorancia de los enchufados en la administración pública que deberían estar obligados a conocer las leyes que sustentan su posición laboral o como mínimo mantener la boca cerrada.
Aquí ya decido finalizar la conversación por lo estúpido de esta, en su soberbia la mindundi porque no puede calificársele de otra forma tiene la poca vergüenza de alegar que esta perdiendo el tiempo que le pagan los demás con sus impuestos, ese tiempo que dedica a discutir idioteces y a dárselas de lista con los impuestos que le pago yo. Por supuesto, la última frase desenmascara todo, otra de esas trampas urdidas por el nacionalismo rancio que generalmente se nutre de lo mas tonto de casa que para desahogar sus frustraciones se agarrarán a ideas utópicas de patria y lengua como si estas les perteneciesen.
Le envías el soporte y lo recibe puntualmente, has cumplido tu parte del trato. Aquí el pedido. Y mi factura de compra ,puede observarse el margen comercial, margen irrisorio que se aplica automáticamente por el programa web el cual configurarlo es totalmente imposible sino se dispone de una infraestructura colosal que al final solo consigue aplicar mas margen comercial incrementando exponencialmente los gastos. Todo el comercio electrónico funciona así, salvo en productos intangibles es imposible ganar dinero en internet.
Tras entregar el pedido recibo el siguiente email.
Al cual respondo educadamente.
Aquí comienza a quitarse la mascara y desvelar su auténtica naturaleza, la de una manipuladora mentirosa que además utiliza las instituciones del estado (no olvidemos que el email lo envía desde un correo público) para beneficio propio en el
ánimo que mas tardé quedará evidente de expresar su nacionalismo excluyente con el dinero de los demás (reconocido por ella misma)
Me gusta ser claro y le respondo tratando de no darle pie a mas mentiras.
Insiste en sus mentiras como si los demás fuésemos idiotas. Nadie le aconsejó comprarlo por internet, otra mentira.
Aquí continua la conversación absurda.
Aquí tras pedirme que me identifique y negarme yo, trata de dárselas de entendida mostrando una ignorancia supina sobre la ley de protección de datos, clásica ignorancia de los enchufados en la administración pública que deberían estar obligados a conocer las leyes que sustentan su posición laboral o como mínimo mantener la boca cerrada.
Aquí ya decido finalizar la conversación por lo estúpido de esta, en su soberbia la mindundi porque no puede calificársele de otra forma tiene la poca vergüenza de alegar que esta perdiendo el tiempo que le pagan los demás con sus impuestos, ese tiempo que dedica a discutir idioteces y a dárselas de lista con los impuestos que le pago yo. Por supuesto, la última frase desenmascara todo, otra de esas trampas urdidas por el nacionalismo rancio que generalmente se nutre de lo mas tonto de casa que para desahogar sus frustraciones se agarrarán a ideas utópicas de patria y lengua como si estas les perteneciesen.